En estos tiempos ha estado muy de moda el tema del desarrollo de habilidades en el proceso de enseñanza aprendizaje en las escuelas, en contraposición con concepciones precedentes que no le daban a este componente del contenido de la enseñanza un lugar de mayor relevancia como le corresponde.
Efectivamente, es muy importante y útil que los alumnos desarrollen numerosas habilidades, pero la gran preocupación por dicho asunto llevó a algunos teóricos a conclusiones erróneas que se han convertido en nuevos dogmas y que conllevan a limitaciones o frenos en cuanto a lo que el alumno debe aprender y el maestro enseñar, en especial en cuanto al aprendizaje creativo se refiere.
Así, se llegó a plantear y hasta a exigir que todos los objetivos de enseñanza tienen que ser formulados en términos de habilidades.
Dicho en otras palabras, de admitirse que esto tenga que ser simplemente así, equivaldría a decir que el único resultado esperado de la enseñanza, y por tanto del aprendizaje de los alumnos resultante de ella, sea la formación y desarrollo de habilidades.
No es difícil refutar el planteamiento de que todos los objetivos se tienen que formular en términos de habilidades, para lo cual expondremos algunos de los argumentos que descalifican tan absurda exigencia.
Primeramente, las habilidades no se forman ni se desarrollan de pronto. Requieren repetición, ejercitación, un proceso de perfeccionamiento, de automatización de algunos de sus componentes, eliminación de operaciones innecesarias, un dominio creciente de la ejecución, etc.
Si en un curso o asignatura se pretenden formar o desarrollar nuevas habilidades, los únicos objetivos que sí tienen que expresar estas habilidades necesariamente son los objetivos más generales de dicho curso o asignatura y no, por ejemplo, los objetivos de las primeras clases, donde la ejecución no se efectúa con el dominio requerido carácterístico de la habilidad.
Esto implica que hay objetivos parciales, de una clase o de un conjunto de clases, que es mejor formularlos en términos de operaciones, acciones, hábitos y otros componentes ejecutores cuyo logro es requerido para llegar a la formación y desarrollo de determinada habilidad.
Pero lo dicho no es lo esencial para este artículo.
Uno de los mayores perjuicios para la calidad del proceso de enseñanza aprendizaje que conlleva el dogmatismo respecto a las habilidades es el no percatarse de que, para la formación y desarrollo de habilidades, el tipo de aprendizaje requerido es básicamente reproductivo, por cuanto para una ejecución llegar al nivel de dominio carácterístico de la habilidad, ha de precederle un proceso de repeticiones, de ejercitación, esencialmente reproductivo.
En otras palabras, los cursos y asignaturas serían muy pobres si se limitaran únicamente a lograr como resultados principales formar y desarrollar habilidades.
Las habilidades que el alumno desarrolla pueden ayudarle en la obtención de productos creativos durante su aprendizaje.
Sin embargo, el aprendizaje creativo suele requerir también de otros componentes ejecutores, así como de la movilización por el sujto de otros recursos que no tienen que ser únicamente habildades.
Pero sobre todo, el objetivo de enseñanza creativo, el resultado esperado más o menos creativo del aprendizaje, no tiene que ser forzozamente la formación y desarrollo de una habilidad.
En otras palabras, un objetivo creativo de una clase no tiene que ser, por ejemplo, el resultado esperado respecto a cuán hábil el alumno pueda llegar a ser definiendo conceptos, sino que por sí mismo llegue a definir un determinado concepto, o sea, que elabore una definición propia, aún careciendo incluso de la habilidad para ello.
O digamos, cuán hábil sea solucionando problemas matemáticos similares utilizando el mismo procedimiento (objetivo reproductivo formulado como habilidad), en lugar de invitarlo a solucionar algunos de esos mismos problemas usando también combinaciones de otros procedimientos que no son los usuales para llegar a dichos resultados (objetivo de enseñanza creativo).
Autor: Jorge Enrique Ojeda Matías
Los aspectos cuyo conocimiento nos puede ayudar a ser más creativos y también lo que nos está dificultando lograr resultados de mayor creatividad.
viernes, 26 de diciembre de 2008
viernes, 12 de diciembre de 2008
El aprendizaje creativo de las matemáticas por los escolares
En muchos países y Cuba es uno de ellos, el aprendizaje de las matemáticas es un verdadero dolor de cabeza, tanto para los alumnos como para sus maestros y padres.
Entonces, hablar de creatividad en tal aprendizaje pudiera parecernos como pedirle peras al olmo.
Sin embargo, uno de los tantos recursos que se pueden utilizar para incentivar y facilitar la actividad de docentes, discentes y progenitores es precisamente introducir algunos cambios en el modo tradicional de la enseñanza de dicha asignatura, dándole al aprendizaje creativo el lugar que le corresponde.
Ilustremos lo dicho con algunos ejemplos.
Es el caso de las fórmulas y teoremas.
Con un enfoque meramente reproductivo del aprendizaje, estos contenidos se abordan básicamente de dos modos:
1. Simplemente se presenta la nueva fórmula o teorema a estudiar y se explica cuáles son sus elementos integrantes.
2. A lo anterior puede preceder la narración de cómo se llegó a dicho resultado por quién descubrió el teorema o la fórmula (o quien la reformuló o precisó), cosa que en la práctica puede ayudar a que dicho contenido sea para algunos alumnos más atractivo, pero para otros probablemente todavía más aburrido.
El aprendizaje creativo requiere abordar el mismo contenido de manera muy diferente.
Puede bastar con no decir desde un inicio cuál es uno de los elementos de la fórmula o teorema y, por tanto, se torna necesario “descubrir” cuál es este componente faltante.
Para ello se pueden proponer varios, tanto por el profesor como por los alumnos y analizar la posibilidad de que alguno de ellos permita completar la fórmula o el teorema.
Aunque ni la fórmula, ni el teorema, ni sus componentes y quizás ni las técnicas o métodos de aprendizaje empleados sean del todo originales, pues ya son el fruto de aportes anteriores de otros, sí son obtenidos por vez primera por los alumnos y, por tanto, para ellos sí resultan productos creativos al nivel de su aprendizaje, lo cual como sabemos no es un alto nivel de creatividad, pero constituye al fin y al cabo un típico producto creativo del proceso de enseñanza aprendizaje.
Prever tal tipo de resultados es lo esencial en los objetivos creativos de enseñanza, lamentablemente tan infrecuentes todavía hoy día. Su formulación constituye una habilidad básica a ser desarrollada por todo maestro que aspire a educar la creatividad en sus alumnos.
También algunos problemas matemáticos suelen tener diferentes maneras de ser resueltos, tanto mediante el nuevo contenido, como usando conocimientos de temas anteriores, agregando o suprimiendo pasos, siguiendo vías distintas, etc.
Estimular la búsqueda por los alumnos de estas otras formas diferentes de llegar a la solución, tanto durante la clase como en las tareas para la casa o para el tiempo de autoestudio, es pasar al terreno del aprendizaje creativo.
Cada alumno que llegue por sí mismo por vez primera en su vida a alguna de esas diferentes maneras de solucionar el problema, ha obtenido un producto creativo para sí, lo logró mediante un proceso también creativo, movilizando su potencial creativo, o sea, las cualidades suyas, las técnicas y condiciones que le permitieron arribar a dicho resultado creativo.
En estos ejemplos se aprecia la interrelación entre el objetivo creativo, la potencialidad creativa del contenido de enseñanza aprendizaje y el uso también de métodos creativos de enseñanza aprendizaje.
Cuando era estudiante, una de mis materias favoritas era precisamente la matemática. Afortunadamente tuve maestros y profesores que quizás sin saberlo, estimulaban mi creatividad precisamente enseñando como he descrito aquí y siempre les estaré muy agradecido por ello, pues hicieron lo contrario de lo que suele plantearse respecto a la enseñanza tradicional y no pocas de las corrientes más actuales de aprendizaje, como sepultureras de la creatividad, al no rebasar el aprendizaje meramente reproductivo y otorgar malas calificaciones a quien halló una manera distinta a la esperada de llegar a un resultado.
Autor: Jorge Enrique Ojeda Matías
Entonces, hablar de creatividad en tal aprendizaje pudiera parecernos como pedirle peras al olmo.
Sin embargo, uno de los tantos recursos que se pueden utilizar para incentivar y facilitar la actividad de docentes, discentes y progenitores es precisamente introducir algunos cambios en el modo tradicional de la enseñanza de dicha asignatura, dándole al aprendizaje creativo el lugar que le corresponde.
Ilustremos lo dicho con algunos ejemplos.
Es el caso de las fórmulas y teoremas.
Con un enfoque meramente reproductivo del aprendizaje, estos contenidos se abordan básicamente de dos modos:
1. Simplemente se presenta la nueva fórmula o teorema a estudiar y se explica cuáles son sus elementos integrantes.
2. A lo anterior puede preceder la narración de cómo se llegó a dicho resultado por quién descubrió el teorema o la fórmula (o quien la reformuló o precisó), cosa que en la práctica puede ayudar a que dicho contenido sea para algunos alumnos más atractivo, pero para otros probablemente todavía más aburrido.
El aprendizaje creativo requiere abordar el mismo contenido de manera muy diferente.
Puede bastar con no decir desde un inicio cuál es uno de los elementos de la fórmula o teorema y, por tanto, se torna necesario “descubrir” cuál es este componente faltante.
Para ello se pueden proponer varios, tanto por el profesor como por los alumnos y analizar la posibilidad de que alguno de ellos permita completar la fórmula o el teorema.
Aunque ni la fórmula, ni el teorema, ni sus componentes y quizás ni las técnicas o métodos de aprendizaje empleados sean del todo originales, pues ya son el fruto de aportes anteriores de otros, sí son obtenidos por vez primera por los alumnos y, por tanto, para ellos sí resultan productos creativos al nivel de su aprendizaje, lo cual como sabemos no es un alto nivel de creatividad, pero constituye al fin y al cabo un típico producto creativo del proceso de enseñanza aprendizaje.
Prever tal tipo de resultados es lo esencial en los objetivos creativos de enseñanza, lamentablemente tan infrecuentes todavía hoy día. Su formulación constituye una habilidad básica a ser desarrollada por todo maestro que aspire a educar la creatividad en sus alumnos.
También algunos problemas matemáticos suelen tener diferentes maneras de ser resueltos, tanto mediante el nuevo contenido, como usando conocimientos de temas anteriores, agregando o suprimiendo pasos, siguiendo vías distintas, etc.
Estimular la búsqueda por los alumnos de estas otras formas diferentes de llegar a la solución, tanto durante la clase como en las tareas para la casa o para el tiempo de autoestudio, es pasar al terreno del aprendizaje creativo.
Cada alumno que llegue por sí mismo por vez primera en su vida a alguna de esas diferentes maneras de solucionar el problema, ha obtenido un producto creativo para sí, lo logró mediante un proceso también creativo, movilizando su potencial creativo, o sea, las cualidades suyas, las técnicas y condiciones que le permitieron arribar a dicho resultado creativo.
En estos ejemplos se aprecia la interrelación entre el objetivo creativo, la potencialidad creativa del contenido de enseñanza aprendizaje y el uso también de métodos creativos de enseñanza aprendizaje.
Cuando era estudiante, una de mis materias favoritas era precisamente la matemática. Afortunadamente tuve maestros y profesores que quizás sin saberlo, estimulaban mi creatividad precisamente enseñando como he descrito aquí y siempre les estaré muy agradecido por ello, pues hicieron lo contrario de lo que suele plantearse respecto a la enseñanza tradicional y no pocas de las corrientes más actuales de aprendizaje, como sepultureras de la creatividad, al no rebasar el aprendizaje meramente reproductivo y otorgar malas calificaciones a quien halló una manera distinta a la esperada de llegar a un resultado.
Autor: Jorge Enrique Ojeda Matías
Etiquetas:
Aprendizaje creativo,
Creatividad,
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Datos personales
- Jorge E. Ojeda Matías
- Fundador, Propietario y Presidente de Ojeda Multiservices Corporation (OMC), Rector de la UVI, Master en Educación Avanzada y excatedrático de la Universidad Pedagógica de La Habana "Enrique José Varona". Licenciado en Educación (equivalencia de Bachelor in Sciences of Education in USA). Especialista en Pedagogía, Psicología, Creatividad, Dirección turística, Opinión Pública y Medios de Comunicación.