Si todas o casi todas las personas son creativas o pueden serlo, se pudiera decir que las características de las personas creativas son las mismas que las de las personas en general. No obstante, los psicólogos investigadores seguimos intentando precisar cuáles de esas cualidades de la personalidad suelen estar presentes en quienes sobresalen por sus aportes, si hay coincidencias. Esto con la idea de fomentar su desarrollo en otras personas no tan creativas, para que de esa manera puedan aumentar o mejorar sus resultados.
En realidad las personas creativas son muy poco semejantes unas respecto a otras. A veces con cualidades opuestas.
Sin embargo, hallar lo común, lo básico, lo que no falta en quienes son tan creativos, lo esencial, es el reto de nuestras investigaciones.
Y hoy quiero exponer por vez primera una de esas características, a mi juicio muy ligada a un alto nivel de creatividad. La he bautizado como la fascinación por lo diferente.
Quizás no sea necesario llegar a tanto como fascinarse. O simplemente, nos hallamos ante una
variable asociada con determinada
proporción a los resultados creativos más o menos numerosos o de elevada creatividad.
Me refiero a un mayor o menor
gusto por lo diferente.
Hay personas que se sienten como impulsadas interiormente a no hacer lo mismo que otros, a introducir cambios, aunque sean ligeras variaciones, a centrar su atención en otras cosas o en aquello que los demás no ven... Puede llegar a ser una
fuerte motivación intrínseca. Y cuando llega a ser tan intensa es que se da lo que titula este artículo: la fascinación por lo diferente.
Desde el punto de vista de lo
potencial, nos puede ayudar a identificar quiénes en una escuela o empresa, puedieran ser muy creativos.
Lo dicho aquí es válido para esa parte de las personas creativas consideradas como
innovadores.
Algunas pistas sobre cuándo tal vez estamos ante personas con esta alta motivación por lo diferente (probablemente aún no fascinadas):
1. En una escuela, esos niños o jóvenes que se resisten tanto a someterse a las normas, la disciplina, que parecen aburrirse o no dejan de hacer bromas, travesuras, frecuentemente tildados de niños difíciles o problemáticos, indisciplinados, que parecen no adaptarse con facilidad, que necesitan ahcer algo más, otra cosa, no ser como el resto, no se amoldan a la uniformidad ni a la rigidez de muchas instituciones educativas. Lamentablemente esto suele verse simplemente como un trastorno de la conducta, algunos van a parar a reformatorios o escuelas especialmente ideadas para hacerlos entrar en cintura. ¿Cuántos de estos potencialmente altos creativos se perdieron? Y por supuesto que no estoy diciendo que todo niño con problemas sea potencialmente muy creativo. Pero la mala fama de muchas escuelas en cuanto a eso de matar la creatividad, no es una simple difamación.
2. Entre los profesores, aquellos que no quieren o sienten que no pueden dar las clases igual que los otros, tratar a sus alumnos como les piden las autoridades que lo hagan, sino que sienten un fuerte impulso interior a hacer los cosas de otro modo, que no se conforman y persisten, que se sienten inmensamente satisfechos cuando comprueban que la puesta en práctica de sus ideas, métodos, técnicas, formas, medios, sistemas, programas, surte mejores resultados que aquellos que le pretenden imponer esquemática y rutinariamente. Y que lamentablemente, muchos de ellos terminan moviéndose hacia otros sectores menos rígidos, con mayores oportunidades de poner en práctica esa gran necesidad interna de ser diferentes, de hacer lo distinto, de innovar, inventar, descubrir, crear...
3. En la vida cotidiana o en los restaurantes, nos hallamos ante personas que al cocinar, gustan de añadir, suprimir, sustituir o combinar ingredientes, cambiar las proporciones o cantidades de alguno de ellos, darle otra decoración y no la misma, tanto a las fuentes y platos servidos como a la mesa y comedor.
4. Sucede también en los jardines o la decoración interior y exterior de las viviendas. Son personas que sienten una gran satisfación por realizar cambios, hacer y lograr lo distinto, no se conforman con lo mismo.
5. En la televisión o el cine, son esos realizadores o actores que no se repiten, que encarnan personajes muy distintos y no se dejan encasillar, atrapar en el molde de lo ya probado como exitoso, que evitan los recursos manidos y nos sorprenden con propuestas osadas, impactantes, inesperadas...
6. En las empresas esos empleados, directivos o propietarios que se resisten a tomar por los caminos trillados y persisten en ser emprendedores, innovadores, creativos. Ven oportuniddes donde casi todos sólo ven amenazas. Se proponen y logran hacer lo que casi todos ven como imposible... Buscan y consiguen prosperar hasta en las peores crisis.
Entonces, la fascinación (o pudiera llamársele también encantamiento) por lo diferente, es un
gusto o motivación muy elevado por lo distinto.
En la rejilla creativa, la pudiéramos asociar con la tendencia a ser hipercreativo, aunque no se limita a ello.
Si al contemplar con frecuencia tu jardín (aparentemente descansando, mientras en tu mente se van incubando y aflorando las ideas) y entre las tantas diminutas florecillas amarillas típicas de una planta, te sorprende gratamente ver un día a una sola que es roja (me ha sucedido), casi imperceptible e invisible para los poco observadores, para quienes no reparan en los pequeños detalles, quizás seas de esos que se pueden llegar a fascinar por lo diferente.